Además de bellas, son una herramienta muy útil para los ictiólogos, ya que permiten estudiar el esqueleto de los peces sin alterar el espécimen original. La forma de la columna, el número de vértebras, el número espinas y estructura de las aletas,...son rasgos característicos que permiten diferenciar una especie de otra o establecer relaciones evolutivas entre diferentes grupos de peces.
Cuando un científico colecta un ejemplar de pez, normalmente se conserva en un recipiente de cristal sumergido en etanol. Para poder estudiar el esqueleto, se tenía que diseccionar totalmente el cuerpo del pez en cuestión. Gracias a esta técnica, ya no es necesario.
MÁS INFO:
Podéis ver todas las imágenes de la exposición aquí.
En Smithsonian.com podéis ver una galería donde se superpone la imagen del espécimen original y su radiografía.
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